AMOR Y CONSCIENCIA

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Meditación. La primera y última libertad (Osho)
Resumen

 

Este es uno de los libros más importantes que he leido y que más me han influido

 

UNA SELECCIÓN DE LOS MENSAJES MÁS IMPORTANTES

(en el fichero aparecen además los métodos de meditación)

La meditación se convierte en algo sencillo y corriente, es el componente natural de un estilo de vida. La meditación es el arte de ser consciente, de darte cuenta de lo que sucede en tu interior y a tu alrededor. No es una técnica, hay muchos métodos para aprender a ser consciente.
Te puede acompañar allá donde estés, en el trabajo, en la diversión, en cualquier lugar. A través de ella, podemos sacar lo mejor de nosotros mismos. Necesitamos ser lo más conscientes posibles y para ello tenemos que estar relajados. Para relajarnos, tenemos que ir hacia dentro.
El individuo con mucha energía, puede meditar con las Meditaciones activas Osho: la dinámica o kundalini. Para permanecer relajado en medio de un día agitado, hay que estar alerta sin esfuerzo. Aunque creas que no tienes tiempo para meditar, hay muchas técnicas que lo permiten. En lugar de luchar contra nosotros mismos, intentando mejorarnos, hay que empezar por aceptarnos tal como somos. Cuando te aceptas y dejas de intentar ser distinto, cuando cesas en esforzarte por impresionar a los demás, cuando dejas de defenderte a ti mismo, cuándo dejas de esconder nuestras heridas, entonces la sanación ocurre.
Con la meditación, podemos calmar la mente, cuando la necesites puedes utilizarla, cuando no la necesites, deja que descanse tranquilamente. La mayor libertad es ser capaces de vivir nuestras vidas espontáneamente, con consciencia. Con la meditación, podremos amarnos a nosotros mismos y entonces podremos compartir ese amor con los demás. Todos somos diferentes y cada persona tiene su método. Las prácticas de yoga, diseñadas hace tanto tiempo, no sirven para el mundo de hoy, la gente no dispone de tiempo, se necesitan métodos que den resultados rápidos. Practica hoy y siente el resultado inmediatamente.


¿Qué es la meditación?:  es la mayor aventura que la mente puede acometer, consiste simplemente en ser, sin hacer nada, sin acción, sin pensamiento, sin emoción, simplemente eres y ello es puro gozo (la existencia está hecha de gozo). No hay que hacer nada, solo tienes que entenderlo. Abandonas la acción, incluida el pensar, estás relajado, al principio será un instante, después podrás estar mucho tiempo. Cuando te des cuenta de que tu ser permanece imperturbable, después puedes empezar a hacer cosas, estás atento de que tu ser no se altere. Primero aprendes a ser, después a llevar pequeñas acciones, manteniéndote centrado, puedes hablar y sigues meditando, pero en tu centro hay silencio. La meditación no está en contra de la acción. Vives de forma más intensa, con más alegría, más claridad, más creatividad, con más visión, eres un espectador que contempla desde la cima. No eres el hacedor sino el observador. El secreto de la meditación es que te conviertes en observador, no pierdes tu centro. La consciencia, la observación, permanece clara e inmutable. Vigilándote a ti mismo consigues una dicha, una alegría muy inmensa, y la bendición es su recompensa. Cierras los ojos al exterior y centras la consciencia en el interior, dejas de dirigir tu atención a todas partes, y reposas la consciencia en ti. La clave, aprender a ser testigo. Estás viendo a un árbol y realmente tú estás viendo al árbol y hay un testigo que está viendo como tú estás viendo al árbol. Lo que observes es irrelevante, no es la cuestión. Observar es la meditación. Meditar es observar, ser consciente y estar alerta. Meditación significa consciencia. Todo lo que hagas con consciencia es meditación. Si andas, si está sentado, si escuchas el sonido interno de tu mente … estando alerta y vigilante, es meditación. Lo esenciar es permanecer consciente.
El primer paso para ser consciente, es ser observador de tu cuerpo, vas tomando consciencia de cada gesto, de cada movimiento, empieza a ocurrir un milagro, muchas cosas que hacías desaparecen, el cuerpo se vuelve más relajado, más armónico, con profunda paz, con una música sutil.
Después, empieza a darte cuenta de tus pensamientos, son más sutiles que el cuerpo. Te sorprenderá lo que sucede dentro de ti, escribe lo que sucede dentro de tu mente, verás que hay un loco dentro de ti. El milagro para transformar a ese loco es la consciencia. El propio fenómeno de observar lo cambia todo, la locura desaparece, los pensamientos encajan, no hay más caos, prevalece una paz. Cuando tu cuerpo y tu mente están en paz, hay armonía.
Tercera etapa: ser consciente de tus sentimientos, emociones y estados de ánimo. Es una etapa más sutil y difícil, necesitas una consciencia más profunda. Cuando lo eres consciente de estas 3 cosas, entonces se unen en un mismo fenómeno, sientes su música.
Cuarta etapa: es un regalo, la consciencia suprema, te conviertes en un ser despierto, un buda: el que está despierto, es un estado de beatitud. El cuerpo conoce el placer, la mente conoce la alegría y el corazón la felicidad. Es la meta de ser un buscador y la consciencia es el camino. Lo importante, es estar alerta, no olvides observar, estar observando…. Observando, …. Observando… El observador se va haciendo más sólido, estable, inquebrantable, se produce la transformación, desaparecen las cosas que hacías. El observador, se convierte en el observado, el que mira se convierte en lo mirado. Has llegado a casa.
La meditación no es un método hindú, no es una técnica, no puedes aprenderla, es un crecimiento, un florecimiento, el resultado de vivir plenamente, no es algo que se pueda agregar a tu persona. Al igual que el amor, la meditación no puede serte agregada, crece de ti, de tu totalidad. Tú debes crecer hacia la meditación.


El gran silencio: el silencio se entiende como algo negativo, es un malentendido, poca gente ha experimentado el silencio, lo que experimentan es la ausencia de ruido. El silencio es un fenómeno distinto, es positivo, es existencial, es el fluir de una música nunca antes oída, vista con los ojos interiores. Es una realidad, presente en cada uno, el problema está en que nunca miramos hacia dentro. Tu mundo interior, tiene su propio sabor, su fragancia, su luz y es silencioso, nunca habrá ningún ruido, nunca llegará ninguna palabra, pero tú sí puedes llegar. Es el silencio eterno, los días, los años, las vidas van y vienen, lo que ocurra alrededor no le afecta. Es la misma música sin sonido, la misma fragancia divina, no es tu silencio, tú eres el silencio, no es algo que poseas, tú estás poseído por él. Este silencio te trae la verdad, amor y millares de bendiciones más. Este silencio es tan profundo, que no hay nadie ahí.


Crecer en sensibilidad: la meditación te proporciona sensibilidad, y un gran sentido de pertenencia al mundo. Es nuestro mundo, nuestras estrellas, pertenecemos a la existencia, somos parte de ella. Meditando te vuelves tan sensible, que hasta la más pequeña brizna de hierba adquiere una inmensa importancia, tanto como la mayor de las estrellas, sin ella la existencia sería menos de lo que es. Esta pequeña brizna es única, tiene su propia individualidad. Esta sensibilidad te traerá nuevas amistades: con los árboles, con los pájaros, con los animales, con las montañas, con los ríos, con las estrellas, … La vida se enriquece a medida que crece el amor, a medida que crece la amistad.
Si meditas, llegará el amor, nace en ti un inmenso amor que nunca antes habías conocido, una nueva cualidad de tu ser. Una nueva llama que ahora quieres compartir. Si amas profundamente, eres consciente de que tu amor se vuelve más meditativo, un sutil silencio penetra en ti. Los pensamientos van desapareciendo, aparecen silencios, tocas tu propia profundidad. El amor si está bien encaminado, te vuelve meditativo. La meditación si está bien encaminada, te hace amoroso.
El amor que anhelas, nace de la meditación, no de la mente. Hay millones de parejas que viven como si el amor estuviera presente, viven “como si”, carecen de toda energía. Intentan obtener algo de un falso amor, de ahí la frustración, continuo aburrimiento, continuas peleas. Intentan hacer de su amor algo eterno, algo que es imposible pues ha nacido de la mente, y la mente no te puede dar ni un atisbo de lo eterno.
Primero, entra en la meditación, el amor emana de ella, es la fragancia de la meditación, la meditación es la flor, te ayuda a moverte en la no-mente, en el no-tiempo, encontrarás el amor eterno, incondicional. Ni siquiera está dirigido hacia alguien en particular, no es una relación, es una cualidad que te rodea, tú amas, eres amor, es eterno, es tu fragancia.


Compasión: es el amor más meditación. Cuando el amor no es un solo deseo del otro, no es solo una necesidad, es un compartir, cuando no pide algo a cambio, da por el placer de dar. Si al amor le añades meditación, su fragancia se libera en toda su pureza, eso es compasión. Es el fenómeno más elevado. El sexo es animal, es físico, el amor es humano, es psicológico, la compasión es divina, es espiritual.


Alegría permanente: de pronto te sientes feliz sin ninguna razón especial. No es la alegría ordinaria de la vida cuando hay un motivo: una mujer hermosa, consigues dinero, compras una casa bonita. Estas alegrías no duran mucho. Si tu alegría está causada por algo, será momentánea y finalmente te deja en una profunda tristeza.  Hay otra alegría que es cuando estás contento sin ninguna razón, esta alegría no puede ser perturbada, perdura aunque las circunstancias cambien, te estás acercando al estado búdico.


Inteligencia: es la habilidad de responder, tienes que ser consciente y ver el reto que te presenta la situación. El inteligente depende de su propia visión, confía en su propio ser, se ama y se respeta a sí mismo. El estúpido responde con frases hechas, le da miedo depender de sí mismo. La inteligencia se redescubre con la meditación, destruyendo las barreras que la sociedad ha creado, quitando los bloqueos, la sociedad te ha puesto murallas y te ha aprisionado. Inteligencia es salir de las prisiones, que solo existen en tu mente, no alcanzan tu ser. Si sales de tu mente, sales de las religiones, pones fin a todo tipo de desperdicios. Cuando estás fuera de la mente, observándola, eres consciente de ella siendo testigo, estás siendo inteligente. Destruyes la conspiración de la sociedad, de los sacerdotes, de los políticos, eres un hombre libre. Eres un hombre por primera vez. Ahora el cielo infinito es tuyo. La inteligencia te trae libertad, te trae espontaneidad.


Soledad: es una flor, florece en tu corazón, es positiva, es salud, es la alegría de ser tú mismo, de tener tu propio espacio. Meditación, significa la bendición de estar solo, estás realmente vivo, no hay dependencia de nadie, no es algo que suceda desde fuera sino que emana de ti. Es tu naturaleza, es tu propio ser.
Un viaje hacia nuestro interior, es un viaje hacia la soledad absoluta, no puedes llevar a nadie, ni siquiera con tu amado. Se rompen todas las conexiones con el mundo exterior, el mundo desaparece. Por eso los místicos dicen que el mundo es ilusorio, es como si el mundo no existiera, el silencio es profundo, la soledad es profunda, estalla tu beatitud. Celebra tu espacio puro y una gran melodía brota en tu corazón, es una melodía de consciencia, de meditación, tu soledad se convierte en una danza.


Tu ser real: La meditación es un mecanismo para hacerte consciente de tu propio ser, que tu no has creado, naces con él, eres eso. Solo necesita ser descubierto. El ser real es peligroso para la iglesia, el estado, para la multitud, las tradiciones, … Cuando un hombre conoce su auténtico ser, se convierte en un individuo, ya no estás en la psicología de las masas, no puedes ser explotado, ni dirigido como el ganado, no se le puede ordenar. Vives de acuerdo a tu propia luz, a tu propia interioridad, tu vida irradia una tremenda belleza e integridad. Por eso el temor de la sociedad. Las personas íntegras se convierten en individuos, la sociedad no quiere que seas un individuo. En lugar de individualidad, la sociedad te enseña a tener personalidad (persona significa máscara), la sociedad te da una falsa idea de quién eres. Todo el mundo ocupa un lugar equivocado, nadie está en el lugar que le corresponde. Toda la sociedad está confusa, la persona es dirigida por otros, no por su propia intuición. La meditación te ayuda a desarrollar tu intuición, distinguirás lo que te llena, lo que te va a ayudar a florecer. Va a ser distinto para cada individuo (todo ser humano es único).


Técnicas de meditación: con la técnica ahorras tiempo y energía, las técnicas están experimentadas durante miles de años por muchos buscadores. Las técnicas no son meditación, llegará un día en el cual ya no te ayuden, pues la meditación real habrá sucedido. Meditar es ser testigo, es comprensión y consciencia. Pero necesitas técnicas pues esta comprensión está lejos de ti, está escondido en tu interior, no la alcanzas ahora pues tu mente está funcionando. Las técnicas son haceres, si tienes éxito el hacer desaparece, solo al principio requiere esfuerzo, si tienes éxito el esfuerzo desaparece, y se vuelve fácil y espontáneo, no se necesita ningún esfuerzo. La mente no puede hacer nada que no suponga un esfuerzo. En el zen, se pone énfasis en no esforzarse. Llega un momento que no haces nada por meditar, solo siendo consciente. Si hay esfuerzo, no puedes estar relajado. Los métodos son muy simples para nuestras mentes, y tu ego pensará que entonces es inútil. El ego se interesa por los retos. Cuando no sepas que hacer en la meditación, es mejor no hacer nada. No se pueden mezclar técnicas, pues funcionan de forma diferente. Escoge un método y juega con él 3 días. Si se produce afinidad y bienestar, es el tuyo, dedícate a él y olvídate de los demás durante 3 meses. Cuando se libere en ti la consciencia, abandona el método. Cuando no te aferras a nada, no hay donde ir, abandonas los caminos, los sueños y deseos desaparecen, la relajación ocurre. Al principio, solo habrá algunos vislumbres, poco a poco se van asentando. Abandona el método cuando estés en profunda meditación.


Lugar adecuado: apaga el teléfono, coge un lugar adecuado, quítate los zapatos, es una zona sagrada, deja todo lo que te preocupe. Cógete un lugar en la naturaleza, bajo un árbol. Ese lugar se volverá meditativo, cada día absorbe la vibración. Cuando eres un meditador, ya puedes meditar en cualquier lugar. Comienza con acción. Saca tu ira, saca tus represiones, entonces ya puedes meditar sentado


Tres cosas esenciales: relajación (no luchar contra la mente, no controlarla, no concentrarse), observación (sin interferir) y no hacer ningún juicio. Así el silencio desciende sobre ti, no hay sensación de soy yo. Hay 112 métodos de meditación. No tengas prisa, has plantado la semilla. Nada en la vida se desperdicia, especialmente los pasos hacia la verdad. Con la añoranza hay espera pero no exigencia, con impaciencia hay exigencia. La verdad se logra a través de la rendición, no a través de la lucha. No busques resultados, el ego y la mente se aferra a los resultados. No persigas ni un resultado ni ninguna meta. Cuando seas consciente disfruta de la consciencia, y cuando seas inconsciente, disfruta la  inconsciencia. Sin alimento un hombre vive 3 meses, sin dormir, 3 semanas. Durante el día estás alerta, mientras duermes te relajas, para estar más consciente durante el día. Lo mismo sucede en la meditación, hay momentos en los que estás consciente, y después estás descansando. A través de la inconsciencia, la consciencia brotará otra vez, fresca. Disfruta la felicidad, pero cuando seas capaz de disfrutar también la tristeza, no serás ni lo uno ni lo otro. La felicidad es superficial, la tristeza es muy profunda. De pronto la tristeza no será triste, se convertirá en paz. Te das cuenta de que no eres ni felicidad ni tristeza. Eres el testigo, pero no eres nada de eso, entonces celebras la vida, la muerte. Cuando vas más allá del sueño más profundo y aún estás consciente, esa consciencia es meditación. El que está viendo la mente quedarse dormida, es tu ser, ese es el propósito de la meditación. Será completo cuando estés en el silencio más profundo y estés alerta. Todo desaparece excepto la llama de la consciencia, estás en paz. Tu eres el que está siendo testigo de todo ello, eres el que lo está experimentando, y al final del viaje, no queda ninguna experiencia, ni silencio, ni dicha ni vacío. El espejo está vació, no refleja nada, eres tú. En la iluminación te quedas solo, sin nada que saber, no existe ningún objeto. Todos los objetos son obstáculos. Cuando no hay objetos ni experiencias, la consciencia se mueve en círculos. Cuando el observador se convierte en lo observado, sabrás que has llegado. Cuando no hay experiencias y solamente permaneces en tu soledad, se alcanza el éxtasis más grande, la dicha, la verdad. Te has convertido en un Dios. Estás dormido y es hora de que despiertes. La mente despierta no tiene experiencias. La meditación es una ciencia (ejecuta una técnica), un arte, pertenece al corazón, no a la mente, es una habilidad (tienes que intentarlo).



Meditación Vipassana
Es la que ha iluminado a más gente en el mundo. Es muy simple, incluso los niños lo tienen más fácil, pues no tienen la mente llena de basura. 3 formas. Puedes hacerlo sentado, 40-60 minutos, ojos cerrados, espalda y cabeza recta. Se puede hacer andando lentamente
1ª forma: ser consciente de tus actos, de tu cuerpo, mente y corazón (emociones y estado de ánimo), cuando caminas hazlo con consciencia, atento a los movimientos del cuerpo, mientras comes, al ducharte, atento al agua al caer sobre ti, .. se observador de tus pensamientos, emoción, no te identifiques y no evalúes lo que es bueno o malo.
2ª forma: conciencia de la respiración de cómo el vientre sube y baja. Si surge cualquier cosa, detén la observación de la respiración y presta atención a los pensamientos, y vuelve a la respiración. Observar es lo que es significativo, no lo que estés observando. No te identifiques con lo que surja.
3ª forma: consciente de la respiración en las fosas nasales, en la inhalación. Es más fácil para los hombres, pues el hombre respira con el pecho para adoptar una forma más atlética, en cambio en Japón se hace con el vientre. En cambio por la noche, se respira de forma natural con el vientre, es más relajante. Lo fácil es lo correcto, también se pueden mezclar las formas. Conforme la meditación se asienta, la mente se silencia y el ego desaparece, se pierde el sentido del yo.
Si tienes la mente intranquila, preocupada, ansiosa: exhala profundamente para expulsar el estado de ánimo, detente 3 segundos, inhala profundamente, detente 3 segundos, así rítmicamente


Centramiento interior: el centro es la esencia, lo que Dios te ha dado, la personalidad es la periferia, lo cultivado por la sociedad, los que nos viene por educación, no por naturaleza. Cuando te despiertes, pregúntate que es lo que quieres, y coge la dicha, no el sufrimiento.
Cuando ves a un amigo y sientes que brota la alegría, deja al amigo en la periferia y tú permanece centrado en tu sentimiento de felicidad. Centrate en la sensación de energía naciente. En los momentos en los que sientas alegría, felicidad y dicha, no te centres en el objeto. La alegría está dentro de ti, tu amigo es solo el detonante. También ocurre lo mismo con la ira, tristeza, con todo. Los demás solo hacen que expreses lo que está escondido en tí. Cuando ocurra, permanece centrado en tu interior y tendrás una actitud distinta hacia la vida. Hazlo también con las emociones negativas, si estás enfadado, no te centres en la persona que lo provoca, permite que ocurra y fúndete con tu enfado, no la condenes, solo es el detonante de la situación. Siente agradecimiento hacia ella, te ha ayudado a sacar algo escondido. Si haces esto, te liberas de las emociones negativas y si es alegría, te convertirás en alegría y si es enfado, el enfado se diluirá.


Deseos: Cuando el deseo te atrapa, te sientes inquieto, no estás a gusto (el deseo es un mal), la mente empieza a agitarse, el deseo te lleva hacia el futuro, el pasado te empuja. En esos momentos permanece imperturbable, pero el deseo significa perturbación en tu periferia, pero si eres capaz de mirar, no estarás perturbado, se un testigo. Cuando estés enfadado, puedes hacer 2 cosas, ser violento con el objeto de tu ira, o dirigirte a ti mismo, no te diriges hacia la persona que lo ha motivado, sino hacia ti que lo sientes, enfocas al sujeto y no al objeto. Normalmente nos movemos hacia el objeto y entonces tu mente se altera. Si te mueves hacia dentro, contemplas que hay perturbación. Por ejemplo, llega a tu mente un deseo sexual, y todo tu cuerpo se siente asaltado, si te encaminas hacia el deseo con la imaginación, te sentirás más perturbado, cuando más te alejes de tu centro, más perturbado te sentirás. Si estás en el centro no hay perturbación. Nada puede existir sin su opuesto. Si no existiera tu centro imperturbable de absoluta quietud, no podría haber ningún movimiento perturbable.
“En estados de extremo deseo, permanece imperturbable”, no es para reprimir, si sientes rabia, no la reprimas, si lo reprimes creas más perturbación. Si aparece rabia, enciérrate, permítela y medita, permanece imperturbable, pero no la reprimas. La expresión (dirigirte al objeto del enfado) y la represión son fáciles, ser testigo es difícil (porque cuando estás alterado te  olvidas de todo). Ponte en un espejo y expresa tu ira, se testigo, si quieres pegar, pega al cielo vacío, chilla a solas y recuerda que tu lo estás viendo. Se convertirá en un psicodrama y te podrás reir de ello. Te sentirás liberado, crecerás. Te darás cuenta que cuando estás enfadado hay un centro imperturbable. Puedes practicar con recuerdos pasados de enfados. Todo el mundo tiene cicatrices en su mente, heridas sin curar. Si las reconstruyes te descargarás. Si vas a tu pasado y haces algo que se haya quedado incompleto, te aligerarás de tu pasado. Tu mente se refrescará y el polvo acumulado desaparecerá. Gurdjieff,  simulaba un psicodrama (técnica terapéutica, es un juego) con sus alumnos, y cuando te salías de tus casillas, gritaba, recuerda, mantente imperturbable. Con el psicodrama, te metes en el papel, tu mente y cuerpo funcionan automáticamente. Al cuerpo se le puede engañar, no sabe si un hecho es real o irreal. Luego lo pones en práctica en un enfado real. Tu vida cambia totalmente, nada te puede crear confusión o herirte, o perturbarte, no existe el sufrimiento para ti, no depende de los demás que seas feliz o infeliz. Tienes que ser capaz de separar tu centro de la periferia, si permaneces imperturbable ante la rabia o el deseo, podrás jugar con los deseos, con el enfado y las perturbaciones. Serás un maestro de sí mismo. Preguntate quien eres tú, y no creas ninguna respuesta de la mente, pues vienen de tu parte irreal, de las palabras, continua preguntando hasta que no obtengas respuesta. Ese es el momento adecuado, cuando la mente se vuelve silenciosa y tus preguntas cesan, pues vienen de la mente, ahora tu eres, y lo real es eterno.

 



Obstáculos a la meditación: El ego, condicionado por la sociedad y la mente parlanchina. La psicología y la educación nos potencian el ego, para luchar y ser competitivo. El ego es la peor enfermedad que el hombre puede contraer. Es muy difícil valorar algo sin perderlo, porque antes de perderlo eres una única cosa con ello. Los niños primero aprenden “mío”, empieza a poseer, el poseedor y posteriormente se convierte en competidor, surge una nueva idea “mi”. El universo es uno, es una unidad, nada está dividido, todo está unido entre sí. A cada momento inspiras y espiras, existe un puente con la existencia. La muerte es la separación. La realidad es una unidad, y con la idea de mí, tú, … nos apartamos de la realidad. “Mí”, después “tú”, y luego surge “yo”, con lo cual te separas de la existencia, te separas de la realidad, el “yo” no te permite un momento de relajación y por eso resulta difícil meditar. El problema es que el niño ha de pasar por ello, necesita saber exactamente quién es, por eso se crea un falso centro. Tu centro real es el centro de todo, tu ser. Recolectas las cosas que la gente dice, formas una cierta imagen, no miras dentro de ti para ver quién eres tú. Esta imagen será falsa, ya que nadie más que tú puede saber quién eres. Los demás no se conocen a sí mismos, ¿cómo te pueden conocer a ti?. En un mundo mejor, con gente más inteligente, los padres enseñarán a sus hijos que la idea de identidad es falsa, es necesaria, te la damos solo hasta que encuentres quién eres por ti mismo. No será tu realidad, y cuanto antes descubras quién eres tú, mejor. Habrás nacido realmente y te convertirás en un ser individual. La personalidad es falsa, la individualidad es real, la personalidad es prestada. Tienes que profundizar en tu propio ser, romper capas y capas de identidad.
El segundo obstáculo es la mente en constante parloteo, los pensamientos no paran de fluir, tanto relevantes como irrelevantes. La mente traduce cada cosa existencial a una palabra. El primer requisito es ser consciente de la constante verbalización y ser capaz de pararla. Mira las cosas, no las verbalizas, no las traduzcas a palabras. Deja las cosas sin lenguaje. La mente automáticamente traduce las experiencias en palabras. Meditar significa vivir sin palabras. Cuando 2 amantes están en intimidad, el uno con el otro se vuelven silenciosos. Si siempre están hablando, es indicación de que el amor ha muerto, llenan el vacío con palabras. La meditación es la culminación del amor, no solo a una persona, sino a todo lo que existe. Si puedes estar meditando de cualquier situación, entonces estás en meditación. El mecanismo de verbalizar, debes de poder conectarlo o desconectarlo. La mente ha de ser un instrumento, no la dueña de la situación, y para ello necesitas la meditación. El lenguaje solo te hace falta si necesitas comunicar algo. La meditación es un proceso de crecimiento, no una técnica. El proceso siempre está vivo, crece y se expande. El lenguaje es una repetición, la existencia no lo es.. Meditación significa vivir totalmente y solo lo puedes hacer si estás en silencio. No intentes detener la mente o el pensamiento, solo obsérvala, se un testigo. La mente es uno de los mecanismos más hermosos que existen, no la observes como a un enemigo, mirala con profundo amor, respeto, reverencia. Cuando un pensamiento se va y otro no ha llegado, existe una pausa. En estas pausas vislumbras la no mente. Deja que los pensamientos fluyan, no es malo, no trates de dirigir. Llegarán intervalos mayores y verás el mundo interior. Se un testigo sin apegos. Si necesitas el pensamiento lo utilizarás y si no, lo dejarás descansar.


Meditación no es concentración: cualquier meditación que te lleve a una concentración profunda, es mala, te cerrarás en lugar de abrirte, te enfocas en un punto y te crea tensión. Tu mundo se centra solo en el problema en el que te estás concentrando, por ello los científicos se vuelven distraídos. Una mente estrecha sirve para ser más penetrante, pero pierde gran vida. Un buda no es un hombre de concentración, sino de consciencia, queda totalmente disponible a la existencia, y todo es simultáneo, no solo te enfocas en un punto. La gente intenta ir al Himalaya para encontrar a Dios, se concentran en ello, pero Dios es la totalidad. La meditación trascendental es una concentración. Solo si te vuelves compasivo, lo has conseguido. Una meditación no es concentración, sino relajación, cuanto más te relajes, más abierto y menos rígido estarás. Relajación significa no hacer nada, así desaparece la tensión. Cierra los ojos y escucha todo lo que sucede a tu alrededor, así no niegas a Dios, pues el se presenta como un pájaro, un perro, un niño que llora, … No lo niegues y no te pondrás tenso. Las negaciones crean tensión, acéptalo. Para relajarte tienes que aceptar todo lo que sucede a tu alrededor. La aceptación de la existencia es la única forma de relajarse. Siéntate en silencio, escucha y relájate, pero no intentes observar por que si no, te pondrás tenso. No hay nada que hacer, todo está aceptado, no tienes que rechazar nada, no hay conflicto, solo observa. La introspección es pensar en sí mismo, por ejemplo si estás enfadado, juzgas si es bueno o malo, y lo racionalizas, es un proceso mental, intentas controlar el enfado con la voluntad. La psicología oriental, no trata de analizar el enfado, solo lo miras, no pienses porque será una barrera para mirarlo. No busques su origen, no lo juzgues y así no comienza el pensamiento. No te prometas no enfadarte, te llevará al futuro. Si puedes mirar el enfado, desaparece. Hay 3 niveles de mirar: el primero cuando el enfado ha ocurrido y se ha ido, cuando estaba presente, estabas involucrado en él y no podías ser consciente. Segundo: cuando está en su apogeo y te vuelves consciente y la tercera: cuando aún no ha llegado, está entrando y te vuelves consciente, por lo tanto no deja rastro.


Trampas de la mente: las experiencias son trampas de lamente. La meditación no es una experiencia, es una comprensión, una culminación. Si buscas las experiencias, la espiritualidad será falsa, si lo que buscas es al que lo experimenta, entonces será verdadero. No te preocuparás de kundalini, chakras… Todo ello sucederá. Te moverás hacia el centro interior, donde nada permanece excepto tú y tu soledad. Sea lo que sea que experimentes será el contenido: miseria, placer, aburrimiento, silencio, dicha. Lo real es aquel a quien le suceden estas experiencias. La búsqueda espiritual no es qué sucede, sino a quién le sucede. Así no surge el ego. Cuando meditas si surge una especie de vacío, como si hubiera parado el proceso de pensar, también estás pensando. No lo verbalices, no digas esto es el vacío, miralo. No digas nada, permanece en silencio y entrarás en el auténtico vacío no temporal. Si tienes el sentimiento ilusorio de que has llegado, es falso, solo estás siendo engañado por tu mente, no te ha sucedido nada, estás atrapado por el ego. El poder del maya: la mente tiene el poder de crear cualquier ilusión si persigues algo desesperadamente. La mente crea la ilusión para detener tu desesperación. Si tienes hambre, la mente te de alimento (por ejemplo en el sueño), si buscas desesperadamente la verdad, te da la verdad, iluminación. La mente crea la ilusión de lo real.


Preguntas : Convertirse en testigo significa la muerte de la mente. La mente es acción, quiere hacer cosas, y ser testigo es un estado de no-hacer. La gente que vive en la mente, vive en el ego. Ser espectador es distinto de ser testigo. El espectador está apagado, no participa en la vida. El testigo es el que participa y a la vez está alerta, vive la vida más a fondo, más apasionadamente, permanece como un observador. Cuando caminas con consciencia, se añade una nueva belleza, un nuevo goce. Los monjes que viven en monasterios y escapan a la vida, han reprimido sus deseos, y se han ido del mundo de la acción. El mundo de la acción es la mejor oportunidad para ser consciente. Las acciones de los que no son conscientes, solo son reacciones (depende del otro, tu eres una víctima, un esclavo), si te insultan tu reaccionas. El buda no reacciona, sino que actúa conscientemente, no es represivo, es expresivo, en el fluye la canción, la poesía, la danza, la oración y la compasión. Toda la ansiedad del hombre estriba en querer elegir lo que parece hermoso, luminoso. Elegir provoca ansiedad. Cuando dejas de elegir, las preocupaciones desaparecen, surge una gran aceptación. Cuando menos te identificas, menos poderosa se vuelve la mente y se pierde el “yo”. La mente es una procesión de pensamientos, te identificas con las cosas bellas y después te atrapan las feas, porque la mente no puede existir sin dualidad. En cambio la consciencia no puede existir con dualidad. La gente se identifica con todo, con las películas …, y se sienten desgraciados si pierden algo. La identificación es la raíz de tu desgracia. Apártate a un lado y deja que la mente pase de largo. En tu vida no debería de haber ninguna meta. Debes de estar entre el observador en la colina y un hombre en el mundo. Cualquier cosa que aceptes, se convertirá en algo celestial, y lo que rechaces se convertirá en un infierno. Dondequiera que vayan los pecadores, crearán el infierno, y dondequiera que vayan los santos, crearán el cielo. No hay nadie para enviar al cielo o al infierno. El santo es el que transforma todo en cielo y el pecador es el que continua haciendo que las cosas sean feas. Sea lo que seas se reflejará a tu alrededor. No intentes ser otra cosa ni estar en otro lugar. Esa es la enfermedad del hombre: siempre quiere ser otra persona o estar en otro lugar, siempre rechazando lo que es. Mantente alerta en este momento, olvidate del futuro, las metas, la idea de ser cualquier cosa. Tu no necesitas llegar a ser, ya eres un ser, eres un producto terminado. La creación es perfecta, tu no puedes mejorar a Dios. La religión consiste en la aceptación. Tu eres perfecto, mira en tu interior. Pero tu mente te pedirá que seas otra cosa o que estés en otro lugar, que llegues a ser ,… La mente es llegar a ser y tu alma es ser. Por eso los budas dicen: a menos que abandones todo deseo, no  lo alcanzarás. Desear significa llegar a ser, ser otra cosa, no aceptarte como eres. Decir si a la vida es ser religioso. Cuando deseas algo, estás diciendo no, dices que hay algo mejor. Los árboles, los pájaros son felices porque no tienen que llegar a ser, son lo que son. Solo con la mente estás ansioso por ser otra persona. Empieza a vivir, a disfrutar y deleitarte, abandona el deseo, seas lo que seas disfrútalo. Deléitate en tu ser. El tiempo desaparecerá. El tiempo solo existe con el deseo. El futuro existe porque tu lo deseas. Iluminarse es comprender la inutilidad del deseo. Un buda es descubrir que ya es lo que has querido ser. Todos somos budas aunque estemos durmiendo. Es tiempo de despertarse. La mente es muy bella, déjala que vaya deprisa. Obsérvala. No intentes pararla, ya que no puedes hacerlo. Ella se parará con la comprensión. Trata de ver porque va deprisa la mente y a dónde se dirige, debe ser porque eres ambicioso. En nombre de la religión hay muchos “estúpidos” que han intentado detener la mente, buena gente, amables, sin ninguna inteligencia, no son gente creativa, no han hecho nada, solo sentados, vegetando, no son vivos, no han ayudado al mundo de ninguna manera. No hay que detener la mente, hay que comprenderla, de esa forma se tranquiliza, y no se pierde inteligencia. Si estás pisando el acelerador, no pises el freno a la vez. Llevas contigo la ambición y tratas de detener la mente. Siéntete agradecido por los destellos de los momentos de silencio en la mente. Tú no posees el tiempo, por lo tanto, no lo pierdes. El mejor uso de ese tiempo es tener esos momentos de testigo.
En lo más alto, culminan todos los valores: la verdad, el amor, la consciencia, la autenticidad y la totalidad. Son indivisibles en la cima. Solo están separados cuando están contaminados, luego se hacen uno. El amor es lujuria en el peldaño más bajo (el resto es celos, ego, posesión, ira, sexualidad), es algo físico, biológico, superficial, y es oración en el más alto, es una dimensión psicológica, es espiritual. Cuando el amor es puro, no puedes distinguir entre amor y consciencia, son lo mismo, por eso Dios es amor. Hay dos caminos para ir a la cima, uno es el de la consciencia, la meditación, el camino zen y el otro es el amor, el de los devotos, los caminos se funden. Siguiendo el camino de la consciencia encuentras el amor y al contrario. Si a tu consciencia le falta amor, es impura y si tu amor no es consciente, no es amor, es deseo.
La gente que trabaja manualmente, tiene menos ansiedad, menos tensión, duermen mejor. Cuando trabajas con las manos, la energía fluye desde la cabeza hacia las manos y se libera. La gente que trabaja con la cabeza necesitan mucha catarsis, porque acumulan mucha energía. Cuando aparezca el silencio, disfrútalo y celébralo. Nada es más creativo que el silencio, no hay que llegar a ser un gran pintor. Hay tantos tiempos paralelos como mentes. Los que alcanzan la no-mente, viven sin tiempo, ya que no piensan en el pasado, se ha ido y el futuro no ha llegado, por eso no se preocupan. Lo que se ha ido, se ha ido, lo que no ha llegado, aún no ha llegado. Solo queda este momento puro, e intenso de energía, vívelo. Para ser consciente mientras trabajas, hay que entrenar, empezando por cosas simples como andar o pensar. La consciencia es una larga disciplina, no tienes que forzarla. Siéntete feliz por los momentos en los que te das cuenta de que no has sido consciente y por los momentos en los que hayas permanecido consciente. La culpa es un cáncer del alma, las religiones lo han utilizado para destruir la dignidad, el orgullo . No hay necesidad de sentirse culpable, es algo natural. No vas a encontrar ayuda ni en la tristeza ni en la culpa. Errar es humano y perdonar también. Si uno no se perdona, no puedes perdonar a nadie. No debes sentirte culpable, hagas lo que hagas, si no está bien, no lo vuelvas a hacer. Hay que empezar por el principio y con mucha paciencia. Comenzar por observar el cuerpo caminando, observar los pensamientos y posteriormente los sentimientos y finalmente los estados de ánimo. El observador que hay en ti es tu alma e inmortalidad. En el proceso de observar nunca se llega al final. La gente solo observa a los demás, no se preocupan de observarse a sí mismo. Cuanto más profundices, más feliz, pacífico, integrado, digno y delicado te sentirás. Cuando mueves tu mano observando, te dás cuenta que hay delicadeza, belleza, paz y silencio. La observación agudiza tu consciencia. Es así de sencillo, no hay que conocer por ejemplo los 33000 principios budistas.
Ser testigo es el comienzo y el método para llegar a la no-mente, es la realización, el florecimiento. Lo que puede existir solo un momento, puede ser eterno. En la no-mente, la mente desaparece, pero no seas impaciente. En la no-mente, desaparece el apego, la avaricia, los celos y la ira. No te identificas. Empezarás a salir de tus pensamientos. La observación requiere de una cierta distancia, si estás identificado no tienes distancia. Cuanto más observes, mayor será la distancia. En este estado, activas la mente cuando tu la necesitas, se vuelve más fresca, joven, y creativa y rejuvenecida por el descanso. La meditación te llevará a la no-mente con seguridad

 

 

José Antonio Martínez García

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